Al lado de
los pájaros
Hace
algún tiempo que llamo a mi madre todos
los días, hay días que incluso dos veces. Ella siempre está ahí y me echa de
menos si no lo hago. ¿Le afecta esto a alguien? quizás no, o sí.
Nunca sabemos cómo las decisiones que tomamos van
a afectar a lo realizado y en buena parte ahí está la aventura; aunque, a
veces, se trate de capear mejor o peor a la locura. En mi vida, en lo que hago,
el riesgo tiene sus fases y sus distancias, su zozobra pero también la
felicidad, todo parece igual de necesario.
Se tratará en el fondo de no
sucumbir?
(Después
de ver la exposición de Louise Bourgeois tuve que tomarme un buen vino)
Al estudio no voy todos los días,
allí principalmente pinto; en los demás espacios hago fotos y vídeos, o frases.
Procuro que las cosas no se vuelvan rutinarias. Necesito fluir entre la energía
rápida de las fotos y el tiempo solitario y callado del estudio. ¿Le importa a
alguien?
En este tiempo, la pintura de los pájaros me
resulta beneficiosa, diría que tiene algo de terapéutico, como tomar de nuevo
un Tai Chi (antes era pintar los chinos de heroína de personas anónimas ). Sin
embargo, sacar fotos no es ninguna terapia, es estar expuesta y participar de
esa energía rápida de las diferentes situaciones que el acto de fotografiar provoca.
Hacer frases, hacer vídeos, es algo intermedio; pero el “pintar pájaros”
atiende a algo íntimo y atemporal, y que entraña cierta ternura.
(Cuando llegaba la
primavera, el monje Shi Tao iba a ver florecer su cerezo preferido. Aquel año
allí se encontró con su amigo el jilguero Patas Rojas. - ¿ De dónde vienes? -le
preguntó el monje. - no lo sé- respondió el jilguero. Y a dónde vas?. -pues
tampoco lo sé, contestó. Y qué es lo que
sabes?, volvió a preguntarle Shi Tao. Patas Rojas contestó: lo único que sé es
que sé volar. El monje se alejó con una sonrisa en sus labios).
En cierta ocasión, alguien me dijo que no sabía
protegerme. No sé si estoy de acuerdo -quizá todo consista en lanzarse a la
vida con el mayor de los impulsos, sin medir las consecuencias y sin miedos.
Elba Martínez
Donostia, 5 de Mayo 2016.